Cómo cuidar de tu cepillo de dientes de bambú y de tu salud dental

Piensa en un objeto imprescindible que utilices todos los días. Es pequeñito, lo agarras por el mango y una parte importante de tu salud depende de ella. Otra pista: te lavas los dientes con él.

Sí, el cepillo dental es una pieza clave en el día a día y su vida útil, por desgracia, es bastante corta. Las cerdas se van desgastando y a los pocos meses toca hacerle el relevo. Por suerte, son fáciles de reutilizar, y aquí encontrarás algunos ejemplos. Pero cuando acumulas diez cepillos, llega un momento en el que hay que decir adiós a algunos, y en ese momento es cuando el medio ambiente agradecerá que sean cepillos de bambú biodegradable.

Estos cepillos están cada vez más presentes en nuestro entorno y queremos aprovechar para hacer un repaso en profundidad sobre cómo utilizarlos, cómo cuidarlos y qué hacer con ellos cuando termine su ciclo de vida.

Cómo cuidar el cepillo de dientes

Cómo Usar Correctamente el Cepillo de Bambú

A ver. Sí. Usas el cepillo de dientes todos los días. ¿Pero lo haces cómo mejor conviene a tu salud bucal? Demasiada presión, y puedes dañar tanto el esmalte dental como las encías. Lo mejor es hacerlo con un movimiento suave con movimientos cortos, sin aplicar fuerza en el cepillado. 

El cepillo actúa en compañía, y lo que a lo mejor resulta más novedoso para ti es el tema del dentífrico sólido en pastillas. Es tan fácil como meter la pastilla entre los dientes y masticarla. Humedeces el cepillo y, ya, como siempre: cepilla tus dientes durante dos minutos hasta haber repasado tanto las superficies exteriores, interiores y las que utilizas para masticar la comida (o las pastillas de dentífrico).

Mantenimiento

Los cepillos biodegradables de bambú, al ser naturales, precisan de un cuidado más atento:

  • Cuando termines de lavarte los dientes, permite que el cepillo se seque al aire libre para evitar que acumule la humedad del baño.
  • Cada cierto tiempo, te recomendamos desinfectarlo. Puede que sea la primera vez que leas sobre esto, pero es tan importante en los cepillos de siempre como los de bambú. Te compartimos dos maneras de hacerlo:
    • Puedes mezclar dos cucharadas de vinagre y otras dos con bicarbonato de sodio. Sumerge el cepillo durante un par de horas. Después, enjuágalo y déjalo secar, ya sabes, al aire libre.
    • También puedes hacerlo con agua hirviendo. Mételo en el agua durante 3 minutos, y, cuando acabe, enjuágalo con agua fría.
  • Al igual que con los cepillos de dientes convencionales, recomendamos que lo cambies cada tres meses. Esto nos llevaba al siguiente punto...

Reutiliza tu cepillo de dientes

  1. ¿Sabías que puedes utilizarlo como herramienta exfoliante? Puedes suavizar las zonas más ásperas de tu piel con tu cepillo una vez termine su (primera) vida útil.
  2. Los cepillos pueden limpiar más cosas aparte de tus dientes. ¿Qué hay de esos rincones difíciles del baño? El váter, los azulejos, las esquinas...
  3. Cuántas veces se quedan restos de comida en las esquinas de los tuppers, o no alcanzas al fondo del frasco cuando estás fregando. El cepillo de bambú también puede ayudarte con estos esquivos recovecos.
  4. Seguramente tu viejo cepillo prefiere limpiarte los dientes, pero si eres de salir de aventura y meterte en terreno pantanoso… también podrá encargarse del barro que se queda en tus botas y resto del equipo.

Si has decidido deshacerte de él:

Primero, elimina las cerdas del cepillo de bambú.

Los filamentos de los cepillos de bambú de LoLo son de nylon libre de bisfenol. Eso significa que lo mejor que puedes hacer es separarlas del mango y llevarlas al contenedor amarillo para su reciclaje.

Puedes quitarlas una a una con unas pinzas, o separar completamente la cabeza del cepillo del resto del mango. Como los filamentos son tan pequeños, puedes meterlos dentro de otro envase de plástico, como una botella,  para asegurarte de que no se pierdan.

Es el turno del mango del cepillo

Puedes tirarlo a la papelera, y en unos años se habrá biodegradado completamente. Sin embargo, hay maneras de acelerar el proceso, empezando por enterrarlo completamente en el suelo para reducir el proceso a la mitad de tiempo.


Si dispones de una compostadora casera tomará cerca de 5-6 meses, y, si la llevas a una industrial, el cepillo durará apenas unas semanas.

Cuida de tu piel

Empece a utilizarla hace unos tres meses, y se ha convertido en un básico indispensable en mi rutina de cuidados. La recomiendo.

Carla